Desde tiempos remotos, el Feng Shui adoptó la imagen de Buda como símbolo inspirador de autosuperación, vitalidad y sentimientos nobles. La presencia de distintos tipos de Budas en el hogar ayuda a recuperar el eje antes de perder el rumbo, nunca más oportuno que en tiempos difíciles. En las diversas representaciones de Buda (delgado o de figura voluminosa, sentado sobre sus piernas en actitud meditativa, sosteniendo diversos objetos, o realizando mudras con las manos) hay algo que se mantiene imperturbable en la imagen: la sensación de plenitud infinita.