Los pájaros son símbolos de felicidad y alegría, por lo que se consideran una necesidad en el árbol de Navidad. Los sopladores de vidrio solían tener aves silvestres durante los meses de invierno, ya que el sonido de la llama de gas en el taller incitaba a las aves a cantar. Luego, cuando llegó la primavera, los pájaros volvieron a la libertad.